3 d’ag. 2023

No seas tu mismo, d'Eudald Espluga

Apunts sobre una generació fatigada...


L'autor de No seas tu mismo, Eudald Espluga, posa el focus a la generació millennial, però es pot estendre a la societat en general, (boomers, X... ).
La precarietat laboral afecta a qualsevol persona de qualsevol generació. Llegint-lo em torna al cap la frase "si la feina és el problema, no treballis". S'ha de trobar la fórmula per alliberar-se de la trampa de la precarietat. 

Extractes (en línia amb altres posts d'aquest mateix blog):

... Lejos de reducirse con cada avance tecnológico, las horas de trabajo y de disponibilidad han aumentado grotescamente hasta el punto de hablar de ser "empresarios de nosotros mismos", ya no es un recurso narrativo, como sí lo era en 1979 cuando M.Foucault utilizó esta imagen por primera vez para hablar del avance del neoliberalismo.

... hablar de fatiga como la figura fundamental de nuestro tiempo y en especial como una condición millennial, supone explorar cómo se conjugan estos discursos tardocapitalistas en un contexto trabajocéntrico de creciente precariedad, con el objetivo de ver que las consecuencias de su hegemonía global (agotamiento, depresión), son codificadas como las carencias morales (debilidad, holgazanería, hipersensibilidad), de toda una generación.

...la fatiga, en lugar de representar una condición patológica que debe ser corregida a fin de volver a la espiral de la producción, también puede representar la ocasión para un particular despertar de la consciencia. El punto de inflexión a partir del cual ensayar un proceso de emancipación, el instante de detención mediante el que iniciar el sabotaje, el inicio de una huelga por Indisposición General.

... reivindicar la DIMENSIÓN IMPRODUCTIVA DEL PENSAMIENTO, como una vía para generar disenso, contradicción, perplejidad. 

... FRACASAR, PERDER, OLVIDAR, DESMONTAR, DESHACER, NO LLEGAR A SER, NO SABER... puede ofrecernos formas más creativas, más cooperativas, más sorprendentes de estar en el mundo. 

... vivimos adaptados a la incertidumbre, a la precariedad crónica, a los eufemismos mágicos, a los aleccionamientos diarios.

... casi todas las formas de salario emocional con las que se pretende comprar la lealtad de los trabajadores están dirigidas a la optimización física, afectiva y cognitiva de estos mismos sujetos. Más que recompensarlos con un salario económico, o más vacaciones, o semana laboral más corta... le ofrecen un entrenamiento permanente para mejorar su rendimiento laboral, y en todas las facetas de su vida.

... la sociedad del rendimiento conduce inevitablemente al sufrimiento mental y a la fatiga depresiva, sin dejar de ser en todo momento una promesa de autorrealización, el único camino posible hacia una vida plena.

... debemos romper la asociación entre trabajo y vida buena, entre trabajo y bienestar, entre trabajo y felicidad. Lafargue tenía razón: el amor por el trabajo es una depravación, una enfermedad inducida.